El canto en Iniciación Musical. Factores que
obstaculizan y factores que favorecen la práctica del canto en
los niños y jóvenes durante el proceso de enseñanza-aprendizaje (Ponencia- 2007)
María
Delia Bárcena
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Planteo del Problema
La problemática de la desafinación merece
una especial atención y un desarrollo que demandaría una extensión que excede a
este trabajo, pero es una dificultad que se les plantea a menudo a los docentes de
música. Es interesante hacer una mención al tema, como
preámbulo de esta investigación para
luego avanzar sobre la idea central de este trabajo, que es encontrar posibles
factores que desfavorecen la predisposición para cantar y que producen efectos
negativos en el proceso de enseñanza-aprendizaje durante los primeros años de
educación musical, como así también los que favorecen dicho proceso.
El primer día de clase en Iniciación
Musical es posible encontrar niños, que si bien muestran aptitudes musicales,
comprobables en el aspecto rítmico y auditivo, no pueden entonar melodías,
algunos en mayor o menor grado, otros directamente se niegan a cantar, y es
válido preguntarse, ¿llegarán a fin de año cantando? El problema que surge es
conocer el origen de dichos desajustes melódicos y esa negación para cantar,
y poder así plantear reflexiones y pautas de trabajo.
Los grandes pedagogos musicales han afirmado que no existen los niños
desafinados. Sólo existen niños que no han tenido la oportunidad de cantar.
Entonces la desafinación ¿es un mito o una realidad? ¿Cuál es la diferencia
entre un niño desentonado y otro desafinado? ¿Hay factores psicológicos, y/o
biológicos causantes de la desafinación? ¿Cómo solucionamos el problema de los
desajustes de afinación, en el trabajo grupal?
El canto, que es una actividad tan
“primitiva” del ser humano, ya que nació con el hombre, no parece ser tan
espontánea en todos los jóvenes.
Actualmente no sólo se canta menos, algunos directamente no cantan, dicen que no
les gusta, o que no saben, o que son “malísimos” cantando. ¿No serán los
profesores de Educación Musical, los responsables de no proporcionar la
formación básica que antes traían de la casa, o la escuela?
Otro de los problemas que tienen, en
general todos los estudiantes de música, es estudiarla partiendo de la
enumeración de símbolos y elementos musicales, alejados de la práctica. ¿Qué
pasaría si en vez de comenzar presentando, por ejemplo, figuras y silencios por
sus nombres y cuadro de equivalencias, se hiciera partiendo de la audición, o
cantando canciones donde puedan reconocerlas? Y ¿no tendría cierta implicancia,
el trabajo previo del pulso y del acento,
teniendo en cuenta la percepción, automatización, e incorporación de los
mismos, para el posterior reconocimiento auditivo no sólo del valor de las figuras y silencios, sino también para
poder diferenciar compases de dos, tres y
cuatro tiempos, subdivisión binaria y ternaria? Esta metodología de
trabajo, ¿no sería la adecuada, para además de lo expuesto, resolver el
problema del fraseo musical, que tan importante es para el músico, ya sea instrumentista, compositor, cantante,
incluso bailarín?
Otra dificultad se presenta
cuando tienen que reconocer células rítmicas y/o intervalos melódicos ¿Qué
recurso será el más apropiado para reconocer, leer, ejecutar y/o poder
escribirla? ¿No sería lo más aconsejable partir de lo familiar, cotidiano,
cercano al alumno, tomando como recurso didáctico canciones del repertorio
tradicional o bien las difundidas en los medios, que las contengan, cantando
correctamente, reconociendo frases, y así incorporar el nuevo elemento.
Muchas dudas se les plantean a los alumnos cuando tienen práctica coral
y de conjunto instrumental, cuando tienen que hacer una segunda voz. ¿No sería
conveniente detenerse en la estructura armónica de las canciones, eligiendo
repertorio con armonías sencillas, que permitieran al alumno internalizar funciones básicas, que lo
llevaran a discriminar diferentes voces, y/o acordes?
Muchos alumnos aprenden sus instrumentos repitiendo, imita ndo lo que sus profesores ejecutan o cantan, sin
internalizar y comprender lo que están imita ndo,
resultando ésta una acción mecánica, los alumnos imita n
lo que han memorizado o bien leen nota por nota, ¿se logra de esta manera desarrollar su
capacidad auditiva, de tal manera que el alumno pueda estar tocando, y al mismo
tiempo imaginando lo que se tocará a continuación? ¿Aprendiendo de esta manera
un instrumento, se logra expresar musicalmente lo que se interpreta,
comprendiendo la sintaxis (leer marco teórico) y estilo?
La afinación no es un problema al tocar un instrumento de teclado,
tampoco, en algún sentido, para ejecutar algunos instrumentos de viento,
provistos de válvulas y llaves, aunque a veces no se llega a las alturas
correctas por problemas de mala postura y respiración. El problema es más obvio
en el caso de los que tocan instrumentos de cuerda (excepto la guita rra) y no pueden afinar. Los recursos técnicos de
cada uno de los instrumentos y las posibilidades mecánicas (llaves, válvulas,
cuerdas, etc.) ¿pueden resolver por sí solos estos problemas? Muchos de los
problemas técnicos, ¿no derivan de los auditivos? La lectura a primera vista
deficiente ¿de qué depende? ¿de problemas técnicos o auditivos?
En la mayoría de los institutos de danzas, está la materia música, la
cual queda postergada, y generalmente se la orienta a privilegiar el aspecto
rítmico. Los cuerpos deben moverse en música y con la música, pero, ¿se conoce el
papel que desempeña la voz humana, el canto, como recurso para potenciar la expresión, y la interpretación
corporal de la música? o sea ¿Se conoce la interacción existente entre la voz
cantada y los movimientos corporales? Es frecuente escuchar en las clases de danzas
órdenes como: “! Escuchen la música!” ¿Cómo se logra que esto sea algo natural,
sin necesidad de escuchar tales indicaciones?
Los educadores musicales, los que inician
musicalmente a los futuros músicos, ¿están preparados vocalmente para ser modelos
de imita ción para los alumnos que se
inician musicalmente? ¿No se da demasiada importancia a la audición, a la
escritura y lectura sin experimentar antes con la voz? La respuesta de la
última pregunta ¿no estaría en responder la anterior?
Objetivos
El objetivo principal de este
estudio fue Indagar sobre los posibles factores que obstaculizan y los factores
que favorecen la práctica del canto en los niños y jóvenes durante los primeros
años del aprendizaje musical.
Marco teórico
El canto es el elemento principal de la clase de Iniciación Musical
desde los primeros años de edad. Es importante que el alumno tenga una buena
disposición hacia el canto, ya que esta actitud tendrá buenos efectos
musicales; es de suma importancia para la construcción del conocimiento
musical, así también como para el desarrollo de la expresión e interpretación musical. En una primera etapa
los alumnos aprenden por imita ción y
su modelo es el profesor. Todo proceso de
enseñanza-aprendizaje necesita
de la copia e imita ción para poder
realizarse.
(... )El canto por
imita ción representa un aspecto
elemental pero esencial en la educación del oído y de la voz y además favorece
particularmente la asociación del gesto con el movimiento melódico. Esta
asociación facilita inmediatamente
la entonación correcta y el dictado musical (...)[1]
La canción sirve para convertir
el aprendizaje musical en algo útil y práctico para el alumno. La voz es
el instrumento más accesible a todos, es el que nos permite trabajar más
eficazmente con la educación sensorial: experimentar antes de asimilar,
trabajando la educación rítmico-motora y del oído.
El aspecto rítmico basado en el trabajo motor permite obtener una buena
coordinación e independencia de movimiento, elemento fundamental para el
aprendizaje de cualquier instrumento y/o danza. A su vez enseñando a través de
canciones el alumno incorpora fácilmente las diferentes células rítmicas que
podrá leer a primera vista, como así también elaborar dictados rítmicos.
El aspecto melódico también se favorece trabajando a través de
canciones, ya que prepara al oído para captar el sentido ascendente o
descendente de una melodía, las relaciones de frases, etc., favoreciendo la
lectura melódica a primera vista y la elaboración de dictados melódicos. (...)El canto es la actividad básica y
fundamental para el desarrollo de la audición, como el movimiento es para el
ritmo.Por este motivo la educación audioperceptiva comienza por el canto, que
cumple una función esencial en el transcurso del dictado de la materia. (....)[2]
En la mayoría de instituciones de educación
artística se enseña lenguaje musical en forma simultánea con un instrumento o
la danza, porque los alumnos necesariamente deben desarrollar simultáneamente
dos capacidades: la técnica y la auditiva. El bailarín también debe desarrollar su oído musical y
hacer con su cuerpo un eco inmediato de la música que interpreta, comprendiendo
los cambios rítmicos y “cantando” con movimientos corporales, las melodías musicales, el uso de la voz cantada
está sumamente relacionada con las posibilidades para expresar e interpretar
corporalmente la música. (...)Muchos de
los problemas técnicos derivan de problemas auditivos. Por ello, en el momento
en que los alumnos perciban lo que tocan y puedan anticipar lo que tocarán a
continuación sus dificultades técnicas comenzarán a desaparecer.(...)[3]
Como así también muchos problemas rítmicos derivan de problemas de
fraseo. En general se enseñan a leer esquemas rítmicos en función del valor de
las figuras y no en función del compás, se enseña a mantener cada nota contando
los “tiempos que dura”, dándole mayor importancia al tiempo como entidad
aislada, en oposición al tiempo como sintaxis y esto mal aprendido también
deriva en problemas técnicos, no saber donde respirar (en los instrumentos de
viento), o levantar o mover la mano, (en los teclados, cuerdas), levare y a
tierra (en Danza). Antes de empezar cualquier interpretación es necesario
establecer el tempo y el compás como preparación. El intérprete debe tener una
representación mental de los que ejecutará lo cuál se facilita si se ha cantado anteriormente o se canta al
mismo tiempo, que se ejecuta. En el aprendizaje del piano sería de suma
importancia tocar los trozos musicales que se han cantado previamente en
lenguaje musical, como así también tocar canciones de oído, debiéndose hacer
cantar primero con la letra, luego con lalaleos y por último con el nombre de
las notas, al mismo tiempo que la toca en el instrumento. En el caso de los
alumnos de vientos, se puede practicar el canto interior, el cual debería ejercita rse, aunque el instrumento permitiera el
ejercicio del canto vocal. Todo instrumentista y bailarín debería iniciarse en
la práctica del canto interior.
En el párrafo anterior se habla de sintaxis en un sentido análogo al del discurso
verbal.
La relación entre sintaxis del lenguaje
literario y la del lenguaje musical proviene históricamente de la asociación de
música y palabra en el canto. La música tomó del texto los datos para su organización
rítmica (ritmo de las palabras), melodía (movimientos de alturas, propios del
idioma) y sintáctica (colocación de puntos, cesuras, respiraciones etc. en los
lugares en que el texto lo requiere. Ejemplo de ello es el canto gregoriano.
Luego esa sintaxis musical se puede aplicar para reconocer estructuras
sintácticas en la música instrumental.
El ritmo existe en la música, en
la poesía, en el lenguaje hablado. Toda poesía tiene un ritmo natural, que
tenemos que encontrar cuando leemos. El leer un texto, encontrando los acentos,
diciéndolo mientras marcamos pulsaciones, dándole diferente altura, intensidad,
da la posibilidad de encontrar un compás y escribir un ritmo musical para esa
poesía. El lenguaje hablado no sólo tiene ritmo, también melodía, ya que
utilizamos diferentes alturas al hablar.
Todos los ritmos, incluso los más complejos se facilita n si los aprendemos a través de las palabras,
sílabas. Si utilizamos alturas agudas-medias-graves podemos jugar improvisando
con palabras, encontrando el acento, las pulsaciones, luego el compás, y así
llegar al armado de una frase musical.
Incluso nos encontraremos con que los alumnos descubren nuevas células rítmicas
resultándoles más fácil y ameno. Si realizamos diferentes actividades utilizando
la poesía o la prosa, ya sea en una canción o en las actividades descriptas,
más relacionadas con la creación musical, notaremos que se facilita la internalización y la comprensión de células rítmicas.
La creación musical partiendo de la prosa o poesía también es de suma
utilidad para internalizar intensidades, intervalos, tonalidades. Un vez que se
han reconocido las frases y se han descubierto células rítmicas, se pueden
proponer diferentes intensidades para cada una de sus partes, cantar melodías
ascendentes, descendentes, arpegios o cualquier otro elemento musical que
necesitemos incorporar. De esta manera si se les propone que escriban lo creado
le resultará fácil, incluso se estará trabajando la memoria musical y así se
les facilita rá la lectura musical,
haciéndoseles mucho más fluida.
A través de las canciones y de los textos se puede educar musicalmente, despertando la
sensibilidad del intérprete y desarrollando su capacidad creadora, cualidad tan
importante para resaltar en cualquier artista.
En iniciación musical se aspira a educar al alumno para que sea capaz de
observar, analizar y apreciar diferentes realidades sonoras producidas por
instrumentos y voces. Uno de los principales objetivos es introducir al alumno
en el mundo de la música como una experiencia gozosa, para participar
activamente en audiciones e interpretaciones musicales y para la realice sus
propias producciones. El canto contribuye a favorecer el aspecto social de la
música permitiendo que el alumno cante, toque instrumentos y/o dance con sus
compañeros o el profesor. (...)El canto
es la actividad más global, de cuantas se realizan en educación musical. . No
sólo porque en la canción se dan cita el ritmo, la melodía y llegando el caso la
armonía, sino también porque en ella está presente la audición, facilita la relación con el ámbito instrumental, al poder
ser interpretada y acompañada con diversos instrumentos (...)[4]
Saber leer música no se refiere a la
lectura tradicional de sonidos uno tras otro sin comprender su significado, ni
el nexo de unión entre los mismos. La música no es un sonido, sino, un conjunto
de relaciones sonoras que resulta como un pensamiento sonoro, que como cada
pensamiento encuentra su primera expresión en la voz, es decir en el canto.
Una lectura a primera vista
deficiente, está relacionada con la audición. Cuando los alumnos no pueden leer
fluidamente, aún decodificando las notas, es que no pueden asociar la línea
melódicas, las alturas, duraciones, intensidades con lo que ello representa. Al
cantar, los alumnos asocian los nombres de las notas con el esquema melódico
que está escrito y que escuchan, del mismo modo cuando leen, y mejor aún
cantando y tocando, asocian los nombre de las notas con el esquema melódico
escrito, asociándolo con las notas que tocan sus dedos en el instrumento.
Cuando se realizan dictados
melódicos es importante que el alumno ejercite el canto interior, esto favorece
la escritura de las melodías que se dictan, (...
)los alumnos aprenden a internalizar y comprender (“audiate”) la melodía, el
ritmos y el estilo, escuchando y cantando primero, y tocando varias piezas
después, antes de que puedan aprender a leer partituras(...)[5]
El alumno cantando descubre el sentido de un trozo musical. El canto,
tan favorable para la educación del ritmo y de la melodía (escalas, modos,
intervalos melódicos) puede también servir de introducción al aspecto armónico.
Los acordes están sugeridos en muchas melodías que se elaboran en base a las
notas arpegiadas de un acorde. Cantar una melodía en canon o con un 2° voz, que
bien puede ser creada por los alumnos con tónica y dominante, incluso podría
agregarse subdominante, si fuera preciso, también prepara para la armonía que
será trabajada en años más avanzados.
Cualquiera de los momentos de la clase en los que se emplea la voz es
oportuno ejercita r respiración, la emisión, la articulación, para poder
entonar correctamente, expresar e interpretar la música.
La respiración es mucho
más que la base para el canto: es la función primordial del cuerpo humano. A
veces practicamos una respiración muy superficial y deficiente que no llega a
hacer trabajar los pulmones debidamente. Podemos aprovechar la educación
musical para implantar al mismo tiempo una enseñanza de la correcta
respiración. El efecto sobre las voces será sumamente beneficioso.
El control de la
respiración favorece la expresión y el fraseo musical, ya sea interpretado por
un cantante, instrumentista y/o bailarín, en comedia musical es necesario
cantar al mismo tiempo que se baila, y un cantante en muchas oportunidades
necesita acompañarse por un
instrumento armónico. Esta asociación respiración-fraseo debiera trabajarse
desde la iniciación musical.
La voz es el primer y
más versátil instrumento musical, el
primero que utilizó el hombre primitivo, que muchas veces postergamos su uso y
lo reemplazamos por diferentes tipos de instrumentos, o empleamos la voz
hablada, sin cantar. Esto puede deberse a que en la mayoría de los
Conservatorios y Magisterios de educación musical no se enseña la fisiología
vocal, y técnica vocal, así es que ante
problemas de desafinación el profesor prefiere dedicarse a otras actividades
más conocidas, por no poseer las herramientas necesarias para solucionar dichos
problemas.
Hay niños que no han tenido la experiencia
previa de poder disfrutar del canto, ya sea por no tener en su entorno familiar
quienes lo estimularan. Otros quizás han visto frustrada su posibilidad en sus
primeros intentos, experimentando con su voz, tal vez desentonando, algo que es
probable, cuando se empieza en el proceso de aprendizaje, a reproducir
canciones. A cantar se aprende de la misma manera que a hablar o a caminar,
solo que si empezamos cantando mal, a veces, equivocadamente nos dicen que “no
servimos para la música”, como si fuera un don especial, algo que forma parte
de la naturaleza humana, que se inició con el hombre. (...)El canto, en el niño, es más que una simple imita ción. Despierta en él cualidades musicales congénita s o heredita rias:
sentido del ritmo, de la escala, de los acordes, hasta de la tonalidad,
etcétera. (...)[6]
También pueden existir otros factores
emocionales que pueden originar cierta
timidez, por ejemplo los que tienen que ver con la autoestima. El desafinado
generalmente canta con poco volumen, no quiere que lo escuchen, y en un
registro grave, y muy limita do. Al
momento de cantar afloran dificultades emocionales en forma de nerviosismos,
distracción, tensiones musculares, risa, rubor, falta de aire, que dificultan
la correcta emisión del sonido. En los varones también influye, entre los 12 y
13 años, el cambio de voz que los desorienta, quizás escuchan correctamente
pero no pueden reproducirlo por una cuestión de no poder dominar su voz, y se dan cuenta, pero no saben como hacerlo. La voz es un instrumento y hay que aprender a
manejarlo. Puede existir en determinado registro, en las notas graves o agudas,
puede haber una falla en la emisión vocal, que generalmente corresponde a una
mala respiración.
En todos estos factores es fundamental el rol docente y las pautas de
trabajo que se fijen para conducirlos a la práctica del canto.
La tendencia a desafinar puede ser
momentánea o crónica, puede existir en las notas graves o agudas o puede
abarcar toda la extensión de la voz. Hay chicos que no tiene registro de que
están entonando mal.
(...)La afinación implica un proceso
paulatino que se logra a través de un trabajo intenso relacionado especialmente
con la percepción auditiva y con la práctica del canto. Cuando la experiencia
musical se enriquece, el alumno se ve exigido por propia gravita ción a solucionar las deficiencias y superar las
limita ciones que restringen sus
posibilidades, impidiéndole adentrarse en el quehacer musical(...)[7]
En esta investigación se ha tomado el
término desafinado después de haber estudiado la diferencia que
hay entre un niño desentonado, refractario o desafinado. Dichos términos en algunas oportunidades se utilizan dándole la
misma aplicación y en realidad no es lo mismo, las causas y los efectos son
diferentes. En este trabajo se adoptaron las siguientes categorías:
1- Desafinados:
Desafinación ocasional y casi imperceptible, (perceptible sólo al oído del
maestro) Son niños de buen oído musical, pero ya sea por falta de ejercicio o
por distracción, no logran la perfección en la entonación.
2- Desentonados:
Aquellos cuyos desentonos son más graves y frecuentes. Mezcla buenos con
sonidos falsos.
3- Refractarios:
Ausencia constante de entonación. Niños que no reconocen la altura de un
sonido, ni aislado, ni comparado con otro; que no logran repetir con mediana
aproximación el sonido cantado por otra persona o ejecutado en el piano.
(...) hay que considerar el caso del niño
que apenas puede repetir un sonido. Merced a la iniciativa y al sentido de
oportunidad del pedagogo, el niño será
llevado insensiblemente hacia la música mediante canciones simples (...)[8]
En el aprendizaje de
canciones intervienen muchos factores, como: auditivos, visuales, motores,
memorísticos, expresivos, etc, que al irse trabajando progresivamente,
desarrollan las capacidades del músico y al mismo tiempo su sensibilidad.
Hipótesis
De acuerdo a los conceptos expresados más
arriba es posible sostener que hay ciertos factores ambientales (sociales y familiares),
orgánicos y metodológicos, así como también, en algunos casos, el instrumento
y/o danza, elegido para interpretar música, que dificultan la práctica del
canto, produciendo consecuencias en la lectura rítmica y melódica, dictado
rítmico y melódico en los niños y jóvenes, durante el proceso de
enseñanza-aprendizaje, en Iniciación Musical.
Metodología
Se trabajó con un grupo de alumnos, con características
semejantes, en cuanto al curso en el que están transita ndo
durante la investigación, y al método de enseñanza empleado, pero con ciertas
características diferentes (el ambiente social y familiar, los problemas
orgánicos que pudieran existir, las metodologías empleadas, en caso de que
hubieran estudiado anteriormente, el
instrumento y/o danza elegido), las cuales pueden provocar diferentes efectos.
La muestra fue tomada en cinco cursos de
Iniciación Musical de establecimientos de educación artística dependientes del
Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires, durante el período lectivo del año 2006, sobre 59 niños y
jóvenes de edades comprendidas entre 11 y 20 años. La recolección de datos fue
a través de Interrogatorio oral al comienzo del ciclo lectivo; observación
individual y grupal de los alumnos estudiados, encuesta anónima de antecedentes
personales, evaluaciones de diagnóstico (al comenzar el período lectivo),
evaluaciones parciales, en diferentes momentos del curso lectivo y la de fin de
curso.
Las unidades de análisis con que se
trabajó, fueron los alumnos ya descriptos en sus episodios de lectura rítmica,
lectura melódica, dictado rítmico, y dictado melódico.
Todos los datos se volcaron en una matriz
de datos para su posterior interpretación.
Conclusiones
Los resultados de este estudio confirman
las opiniones de grandes pedagogos, en
cuanto a la importancia de incluir al canto en las metodologías de enseñanza
musical resaltando que favorece el nivel de participación y mejora el
rendimiento de los alumnos produciendo modificaciones en la evolución del
proceso de aprendizaje.
Observamos también que la inclusión del
canto neutraliza otros factores ajenos a lo musical, que obstaculizan su
práctica. Tal es el caso de alumnos con conflictos emocionales, devenidos de
problemas familiares y/o sociales. Los mismos comenzaron el año con muy bajo
rendimiento, por falta de atención y participación, y en el 2° cuatrimestre
cambiaron sus conductas. Hubo en ellos más predisposición para el aprendizaje y
un mejoramiento notable en su rendimiento.
Todo lo expuesto resalta el poder social del
canto ya que dichos alumnos manifestaron su gusto por cantar en las clases
grupales, lo cual favorece su práctica. Cantando en grupo se aprende a escuchar
individual y colectivamente, además desarrolla la atención, la memoria, la
percepción, lo cual se confirmó en la evolución de dichos alumnos. Se adquiere
cierta madurez en el trabajo conjunto motivado por el esfuerzo de todo el
grupo, al mismo tiempo que se divierten. La mayoría de los encuestados de un
determinado grupo manifestaron que se sentían condicionados para cantar porque
sus compañeros no trabajaban perdiendo así el interés por hacerlo. Este grupo
fue el de menor rendimiento en el año.
Las deficiencias vocales y auditivas, no
siempre obstaculizan la práctica del canto. Los casos que se detectan temprana
y paralelamente, al trabajo en clase, si reciben un apoyo personalizado con un
especialista de audición y/o lenguaje, pueden encontrar en el canto un aliado
para revertir dicha deficiencia.
Cantar es una fuente de placer que ayuda a
utilizar al máximo los restos auditivos y por otro lado el fundamento del canto
es el control de la respiración, cuyo mal aprendizaje, en muchas ocasiones, es
el motivo de patologías vocales.
En el diagnóstico inicial se notó mucho la
falta de costumbre de cantar tanto en los niños como así también en los jóvenes
(respiración incorrecta, confunden grita r
con cantar fuerte, entonación deficiente, ritmo irregular, emisión de la voz
con bastantes problemas, etc.).
El dilema de los educadores musicales se
plantea cuando en la clase hay muchos alumnos desentonados. No se toma
conciencia que el origen radica en
factores que no tienen relación con lo musical, por ejemplo con el tener o no
oído musical, como se confunde en algunas oportunidades. Si hay una relación
directa con la práctica del canto que se ha realizado, la correcta entonación
se enseña, y resultará más fácil, en cuanto antes se comience a practicar.
Un niño que no canta, porque no se lo ha
estimulado, o porque nadie lo ha corregido y ha ido aprendiendo mal y por
consiguiente reproduciendo mal, llegará a no gustarle su voz, o a darle
vergüenza al darse que cuenta que canta mal y será un niño, joven o adulto
desentonado
Los alumnos que siempre han estudiado
instrumentos de percusión, o danzas también tiene dificultades para entonar,
pero si existe voluntad, del docente y de los alumnos, para trabajar en clase, modificando la disposición interna que
el alumno tiene hacia el canto, aceptando que el mismo forma parte de la
formación musical, se terminará
aprendiendo aunque se continúe estudiando percusión, o danza.
Muchos son los factores psicológicos que
obstaculizan la practica del canto, por ejemplo
los individuos que han pasado últimamente por mala situación familiar o personal conflictiva también tendrán
dificultades para cantar, ya bien porque esas situaciones provocan tensiones
musculares, sobre todo alrededor del aparato fonador, o porque distraen la
atención.
Los que han llegado a la escuela no por
iniciativa propia sino por indicación de otros (padres, y/o amigos con
influencia sobre él/ella), también tendrán dificultades ya que es una elección
forzosa. No se puede estudiar música, complaciendo lo que han querido otros y
no han podido hacerlo. La imposición
puede generar trabas psicológicas, que se observan también en la tensión
muscular y en la dispersión.
Los alumnos que en este estudio llamamos
refractarios serán los que, las tentativas para solucionar el problema fueron
inútiles, pero, que en los casos estudiados no es por una cuestión musical
sino, por una actitud negativa frente al aprendizaje, a la práctica. Sabemos
que esta última es fundamental para superar dificultades. Son alumnos que
requerirían de una asistencia psicopedagógica, ya que su imposibilidad, tiene
que ver con problemas de otra índole.
Para finalizar, es de destacar además, que
la mayoría de los consultados respondió que canta habitualmente, lo que nos
indicaría que les gusta hacerlo. Pero es notorio que las canciones que más
recuerdan son las que escuchan en sus casas. Esto confirma que, teniendo en
cuenta que el canto utilizado en las metodologías de enseñanza facilita el proceso de aprendizaje, se hace necesario que el docente tenga mayor
conocimiento del repertorio que escuchan los alumnos, seleccionando canciones que contengan tema y
vocabulario adecuados a las edades de los alumnos con que se trabaja, como así
también los elementos musicales
necesarios para cada momento del proceso enseñanza-aprendizaje. Se tendería así
a un doble efecto: satisfacer los intereses de los alumnos y los objetivos de
la materia. Esto favorecería que se recuerden las canciones aprendidas en clase
y así afianzar los contenidos enseñados.
Bibliografía
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[2]
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[3] Gordon, Edwin; “La clase colectiva
de instrumento”, en Revista Eufonía N° 7; Graó; Barcelona; 1997; pág. 95.
[4]
Muñoz Muñoz, Juan Rafael; “La voz y el canto en la educación infantil”; Revista
Eufonía N° 23; Graó; Barcelona; 2001;pp. 47-48.
[5]
Gordon, Edwin E.;op.cit; pág. 93.
[6] Willems, Edgar; Las bases psicológicas de la educación musical; EUDEBA, Buenos Aires; 1979; pág. 23.
[7] Garmendia, Emma; “Educación audioperceptiva”;
Bases intuitivas en el proceso de la
formación musical; Ed. Ricordi; Buenos Aires; 1981; pág 9.
[8] Willems, Edgar;
op.cit.; pág. 24.